Google Translate, la herramienta de traducción de Google, está en la boca de todos. Tiene múltiples ventajas: es gratuita, es fácilmente accesible desde tu smartphone o PC, está integrada en la mayoría de las aplicaciones de Google y soporta un gran número de idiomas. Aunque no es perfecta y en muchos casos no consigue aun entender los matices idiomáticos, las jergas y se suele perder bastante el contexto, dado que hasta la fecha ninguna herramienta de traducción automática ha sido capaz de captar perfectamente el contexto de la misma manera que lo hace un traductor humano, sigue siendo una de las mejores y las más conocidas opciones en el mercado.

Dicho esto, cabe destacar que poca gente sabe que desde que Google adquirió en 2014 a la empresa Quest Visual, que estaba detrás de Word Lens, la aplicación de traducción de realidad aumentada, la aplicación de Google Translate para smartphones o tabletas ya viene con la opción integrada de traducción por cámara, lo que significa que teniendo la app en tu teléfono ya no tienes que teclear o copiar el texto que quieres traducir, sino solo apuntarlo con la cámara de tu teléfono.

Funciona así de fácil: apuntas la cámara de tu teléfono o tableta al texto que quieres traducir, y la traducción del mismo aparece al instante en la pantalla, como por arte de magia. Lo bueno de esta nueva característica, aparte de ser gratuita e instantánea, es que se puede utilizar offline, siempre y cuando descargas el paquete de idiomas de antemano. La parte bastante mejorable es la precisión de la traducción, pero me imagino que la mayoría de los usuarios de Google Translate se dan cuenta de que no existe aún ningún algoritmo informático capaz de entender al 100% el contexto o el doble sentido de muchas palabras para poder así sustituir al traductor profesional.

No obstante, la nueva mejora en la aplicación de Google Translate para iOS y Android es la herramienta perfecta para acortar las distancias lingüísticas y sacarte de apuros en tus viajes a las tierras lejanas y no tan lejanas.